Clinica Dental Magally Infante
Antes de que un bebe nazca, ya en su proceso de formación en el vientre de su madre el feto empieza a gestar sus primeros dientes. Estos comienzan su proceso de desarrollo en el segundo trimestre del embarazo de la madre. El hecho de que no se le vean los dientes en su nacimiento no implica que los dientes no estén allí. Es en esta etapa inicial cuando ya de parte de la madre debe comenzar el cuidado y preservación de esa primera dentadura.
Los primeros años de crecimiento de los niños deben ser aprovechadas por los padres para ir creando esos buenos hábitos e ir motivándolos para ir formando conciencia de que deben tener especial cuidado en los dientes. Enseñar a los hijos como cuidar los dientes es una inversión en salud que les reportará dividendos de por vida. De manera que en su edad adulta tenga una dentadura sana.
PRIMEROS CUIDADOS
Cuando el bebé succione chupón o biberón debe tener sus momentos específicos, establecidos por sus padres, para evitar que pase todo el día chupando ese biberón, lo cual puede ser perjudicial en la formación de su dentadura. Se recomienda que ya a los seis meses de edad, le sea cambiado el biberón por un vasito con boquilla. Igualmente se recomienda que la primera visita al odontólogo debe ser al primer año de edad, ahí este profesional puede detectar cualquier condición anormal en las encías o primeros dientes, y explicará a los padres como mantener una buena higiene bucal del niño, dándole las recomendaciones necesarias al respecto. Si el odontólogo detecta cualquier riesgo potencial de caries puede aplicarle flúor en forma de colutorio o enjuague antes de que aparezcan sus primeros dientes de leche.
Esa primera etapa de crecimiento de los niños es fundamental en la formación de una buena dentadura. Los padres deben ayudar al menor a cepillarse hasta que aprendan a realizar esa actividad, evitando que traguen la crema dental durante el cepillado.
ENTRE LOS 3 Y 6 AÑOS DE EDAD
En este periodo los niños pueden comer golosinas, caramelos, refrescos, etc. pero siempre con la atención de los padres de que el consumo debe ser racional, es decir no permitir que sean consumidos en forma excesiva, ya que estos contienen azúcar y pueden crear caries si su consumo es prolongado, así como también predisponer al niño a sufrir o padecer Diabetes posteriormente. Recordarles siempre que deben cepillarse, por lo menos dos veces al día después de cada comida.
ENTRE 7 Y 12 AÑOS DE EDAD
A partir de los 6 años el niño empieza a sentir que comienzan a caérsele sus dientes de leche y empiezan a salirle los dientes permanentes. Si los dientes de leche ya tienen caries, a lo mejor debe extraérsele porque pueden causarles dolor a los niños. Debe descuidarse igualmente esta transición, alentando a los niños que deben seguir practicando una buena higiene dental e igual cuidado con el consumo exagerado de las gasolinas azucaradas. Enseñarles que después del cepillado deben escupir la pasta dental, para no enjaguarse con agua y así mantener la capa protectora de flúor. Aun los padres deben supervisar el cepillado, hasta que el niño logre hacerlo solo de una manera adecuada.
DESDE LOS 13 AÑOS EN ADELANTE:
A partir de esta edad comienzan a salir las llamadas muelas del “juicio” o las cordales, que son los últimos dientes que serán definitivos para el joven, que ya comienza a desarrollarse. Estas muelas seguirán apareciendo hasta los 18 años, y en algunos casos hasta los 25 años de edad. En total son 32 dientes permanentes, 8 mas que los dientes de leche. No a todos les salen los dientes al mismo tiempo, por lo cual la visita al odontólogo es necesaria para prevenir o corregir cualquier anormalidad que pueda presentarse.
En caso de presentarse situaciones como dolor, tumores, infecciones, quistes, enfermedad en las encías, pueden extraerse las muelas del juicio si el odontólogo tratante así lo recomiende en beneficio del paciente. Igualmente, pueden extraerse, si es necesario colocar brackets o frenillos, tratar las encías o realizar otro procedimiento que amerite tal decisión.
En la actualidad muchos jóvenes acostumbran ponerse uno o varios piercings en el labio o en la lengua, y esto supone ciertos riesgos por la gran cantidad de bacterias que pueden alojarse en la boca, y que los piercings ocasionen infecciones, que de una manera u otra afecten la salud bucal, por lo cual debe verse con precaución esta práctica.
En caso de que los jóvenes le sean instalados brackets o frenillos para corregirle alguna malformación en los dientes u otra irregularidad, hay que advertirles la importancia de mantener una limpieza adecuada de estos aparatos dentales , evitando la acumulación de comida y otros residuos que posteriormente puedan contagiarle bacterias.